sábado, 21 de enero de 2017

Crítica. Aliados (2016)

Aliados
Fecha de estreno: 25 de noviembre de 2016
Duración: 2h 05min
Dirigida por: Robert Zemeckis
País: EE.UU.
Género: Suspense, Romántico, Histórico

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Sinopsis:
En la segunda guerra mundial, dos agentes de inteligencia, Max Batan (Brad Pitt) y Marianne Beausejour (Marion Cotillard) cumplen con éxito una misión mientras caen locamente enamorados. Todo es una vida soñada, hasta que el pasado del agente Batan llama a su puerta.




La trama te engancha desde el primer minuto; mientras algunas preguntas sobre su misión secreta se van disipando y otros asuntos amorosos dan forma al comienzo de la película, la seriedad y profesionalidad de estos dos agentes en acción te va atrapando en la gran pantalla a pasos agigantados.

Una pareja perfecta en la ficción que encaja a las mil maravillas y nos transmite feeling desde el primer momento, en parte por el carisma que resaltan, pero también por la radiante belleza que desprenden. La única objeción en esta parte de la cinta es la expectativa que le ponen al asunto, cuando al final ni es para tanto, o porque son demasiado buenos, o porque la película no sabe transmitirlo bien.

Tras finalizar la misión, llega el grueso del argumento. Al dejar atrás el pasado de guerra, a Max le llega el soplo de que su mujer puede ser una espía. Dos incisos a recalcar aquí: primero, el rápido enamoramiento entre los dos protagonistas pone en duda la realidad del mismo, aunque cierto es que recalca lo solo que se está en la guerra y los lazos que esta llega a originar. Segundo, los escasos diálogos del bueno de Brad te dejan con el corazón helado de sentimientos en algunas escenas románticas, o que al menos pretenden serlo.


Lo mejor del filme, y hasta el final, es el suspense de saber el bando de su señora. Magnífica interpretación de Cotillard, fría y calculadora pero maternal y cercana, y un excelente guión, consiguen que no sepas hasta el último momento sus intenciones, si es buena, si es mala, a qué país sirve, ni tan siquiera si de verdad ama a su familia. Por otro lado, las pruebas anímicas que ponen a su marido en la ficción al borde de su cordura y conllevan al máximo su capacidad para resistir la presión también es de lo más genial, hecho al que también el trailer se remite para enamorar al espectador y que no deja indiferente a nadie.

No sobra casi ninguna escena y todo está perfectamente justificado. Las motivaciones de ambos son un aliciente más que cautivador para que la película tenga un éxito garantizado; el papel de espía, los motines y los bombardeos, además de todo lo que conlleva amar en tiempos de guerra, te transporta directamente a los años 40 y te mete en la piel de los personajes.

Mucha acción y juego psicológico hasta el final, Max Batan nos da una lección de amor y heroicidad, donde está dispuesto a todo para mostrar la inocencia de su mujer. Tras un desenlace de los acontecimientos no demasiado original pero al mismo tiempo nada esperado, la historia nos acaba dejando con un sabor agridulce y con ganas de más.


Lo mejor: suspense hasta última hora.
Lo peor: el amor en ocasiones muy forzado.



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