domingo, 2 de febrero de 2020

Joker (2019)









‘Joker’ narra la historia del mítico villano de Batman, en unos orígenes atípicos, bajo la dirección de Todd Phillips. De la editorial DC Cómics, Joker tiene sus primeras apariciones en los años 40, catalogado como la antítesis del murciélago de Gotham, son varias las adaptaciones cinematográficas que tiene hasta la fecha, y aunque era difícil estar a la altura de Heath Ledger (El caballero oscuro), Joaquin Phoenix nos da una lección, inspirado precisamente por este su actor fetiche.

Lo primero que hay que dejar claro es que ‘Joker’ no es una película de superhéroes, ni siquiera de antihéroes; ‘Joker’ es una película seria, realista, crítica, que encajaría perfectamente en la categoría de drama. Y perfectamente podría ser todo un dramón. La cinta nos muestra la vida de Arthur Fleck, protagonista total de la película y cuya historia se centra 100% en él.

Su vida es una completa montaña rusa, y a lo largo de la cinta nos muestran las desdichas que podrían pasarle a un tipo cualquiera, pero todas se concentran en este pobre diablo. Arthur tiene una enfermedad en la que sus emociones y frustraciones, sentimientos varios, los expresa mediante la risa, la carcajada. Y ya de entrada nos muestran lo cruel que puede llegar a ser la sociedad con alguien que padece algo fuera de lo que se categoría a priori como “normal”. No sólo eso, nuestro protagonista vive todo lo malo que pudiera vivirse, producto de las malas personas y, catalogadas por él mismo, sin civismo ni empatía. Los ricos van a lo suyo y los pobres, a sobrevivir.

Otra cosa que debemos aclarar para entendernos es que Arthur Fleck es, ante todo, un buen, tipo. Un tipo como tú y como yo, con un buen corazón, con aspiraciones de trabajar en el mundo de la comedia, y que la sociedad lo convierte en un antihéroe al principio, y villano en un futuro en los cómics, no así reflejado en la película.

El guion, una exquisitez

Nos metemos de lleno en el guion. Un guion de maravilla, redondo, el mejor que he visto. ¿Y por qué? Porque todos vamos al cine sabiendo que el Joker se volverá malvado, o al menos que se va a convertir en el malo de Batman. Pero, y a raíz de lo comentado anteriormente, no por ello se vuelve malo y punto, y ya está. No. Todd Phillips (trilogía Resacón en las Vegas) y su equipo maduran una película lenta, sin prisa, con detalles, para hacernos ver que todos estamos a un mal día de convertirnos en nuestra propia versión del Joker. Y por ello el trasfondo de la historia tiene argumento, tiene unas bases sólidas, tiene motivación, y tiene sentido todo lo que vemos desde el principio hasta el final.

Mención especial a tantas otras cosas. Fotografía, secuencia, los primeros, la dirección, y una banda sonora que es muy especial también. Quizás repetitivo el tema principal, pero potente, emotivo. Hablo de memoria, algún premio puede hacer ganado, o al menos ha estado nominado. Escenas grandes, no podría quedarme con ninguna, pero todas con una música de fondo que engrandece lo que vemos. Nos transmite esa agonía en todo momento, porque si de algo entiende la película, es de sufrimientos. A estas alturas ya sabemos que es una película para adultos.

Phoenix

Joaquin Phoenix es el actor que da vida a Arthur Fleck, alias Joker. No vamos a descubrir al actor a estas alturas. Actualmente ya ha ganado un par de premios, entre ellos el Golden Globe a mejor actor de drama. Ha sabido transmitir la esencia del personaje, su dolor, y algo más difícil, se metió de lleno a interpretar a alguien con esa enfermedad, esa risa, una carcajada que por cierto le sale de miedo. Sus escenas de sufrimiento son lo mejor. Hay escenas que no sabes sin reír o llorar, empatizas con el personaje y ves a una persona totalmente destruida. Sin duda marca la diferencia y es pieza clave en los éxitos cosechados por la película.

Giro inesperado, Bruce Wayne, y un final abierto

Otro plus es el del giro. Si ya es difícil hacerlo una vez, la película tiene dos giros con un mismo acto. Y ni tan siquiera es lo más atractivo, ni está al final de la película. Pasa casi de puntillas por medio del filme, pero es para hacernos una idea lo que juega con nuestra mente, la mente del espectador, el gran trabajo del director.

Muchos críticos hicieron alusión al canguelo e Phillips porque hizo aparecer finalmente a Bruce Wayne de pequeñín. Para mí es todo un acierto, porque ¿qué es Joker sin Batman? Mención especial al momento cara a cara, saber que podría quedarse en nada, pero el destino caprichoso los hizo enemigos eternos. Un primer encuentro reflejado en la pantalla de forma brillante, con una gran melodía de fondo, espectacular. Volvería a aparecer al final del filme el pequeño Bruce, seguido por una de las escenas más épicas del largometraje. Para mí un gran error si no hubiera habido guiño, pues engrandece aún más la película. Por supuesto el padre, Thomas Wayne, tiene vital importancia en la película, y de nuevo es grato ver cómo de alguna manera la familia Wayne pone su granito de arena en el nacimiento del payaso de Gotham.

A estas alturas ya está todo dicho, ya sabréis que el bueno de Todd juega con nuestra perspectiva en todo momento, el final es más abierto aún, queda a interpretación, como muchas otras cosas que pasan a lo largo de la película. Si bien Philips aclaró algunas de estas cuestiones, por si fuera poco, como si ‘Joker’ no fuera lo bastante grandioso, ha creado un trabajo que podría dejar contento a cualquiera, pues todos podríamos pintar a nuestro gusto y color el cómo queremos terminar cualquier escena que se deja a interpretación, para felicidad del gran público.

Sin duda una obra de arte, una película que hay que ver, disfrutar, entender, y ver otra vez; merecedor de todo premio, y que entra de cabeza en mi top de películas de siempre. Genial interpretación de Phoenix, banda sonora, planos, escenas épicas. Todo ello culminado en el nacimiento de la Gotham de los cómics, Batman, y el Joker.